jueves, 29 de mayo de 2008

Ha sido un gran honor.


Casi nadie le recuerda, pocos le tienen confianza, viene un poco sólo, intenciones con acento italiano, ilusión, regeneración, suave aroma a novedad, nueva dulce de insólita e irracional de a poco en la esperanza de que a pesar de todo, todo no puede ir si no que a mejor.


Resquicio de paciencia que pronto se perderá y él lo sabe, porque siendo tal vez lo que más se le achaca por entonces, si de algo no está escaso es de experiencia, eyaculaciones de protección solar sobre una piel que de tostada no está ni mucho menos exenta de las quemaduras venideras.

Un juego de rizos en una aparente fragilidad inexistente que se mantiene ante todo sin alteración alguna, negra piel, semblante serio, mejor dicho concentrado, reflexivo, pocas palabras, no las necesita para ser la persona más elocuente del entorno, tampoco para que todos le conozcan y le entiendan dentro de la más absoluta de las perfecciones posibles dentro del bosque físico y químico de pensamientos e ideales.

Se sale de la línea como si buscara ser mirado pero agacha la cabeza, se pone ante los micros de medio mundo y los mira como esperándolos, como desafiándolos, pero luego cuando habla de su boca no sale jamás una palabra provocadora, alguna desde donde se localice un atisbo de ir contra algo o alguien, el respeto, la tolerancia y la elegancia en las formas y más allá en el fondo, son sus señas de identidad en todo momento, uno para todos y pues entonces todos para uno. Engaña a la fiereza de la marabunta exterior deseosa de conflictos que les alimenten con una templanza a veces casi desquiciante, a veces no más que mascullar una canción, y un finísimo sentido del humor, ironía, casi imperceptible, por más que le pasaran el rojo ante sus ojos nunca embistió. Gol de Belletti, saltos de haber enloquecido y lágrimas de emoción. Tan tranquilo como efusivo, natural. Llevó la elegancia del verbo a la moda y nos presentó atuendos de todo tipo marcando la modernidad y detalles menos conocidos de quién es y creemos lejano a eso mismo.

Profundidad de quien se mantuvo siempre en la superficie, coraje de quien peleó siempre hasta el último segundo por conseguir lo que pretendía, honestidad para mantenerse en la lucha luego de saberse seguro perdedor y humildad del que tras de todo reconoce que otros finalmente le superaron, pero siempre con la inconsciencia bien tranquila de tener la absoluta certidumbre de haber intentado respirar aún después de muerto, con la fe de que todavía había una posibilidad, y es que la esperanza es lo último que se pierde y siempre estuvo presente la confianza en lo suyo y los suyos aunque fuera sólo por el mero y preciso hecho de ser suyo, vivir juntos, morir sólo.

Un hombre entero, o íntegro que dirían los más cultivados, adicto a sus pasos dentro de zapatos de holandés de más de metro noventa, siempre por su camino sin desvíos, que con su constante coherencia se acabó ganando incluso a los detractores más voraces y el cariño ya no profesional si no personal que explica que en un mundo así se te reconozca y ovacione tras liderar dos expediciones fracasadas hacia la cima, por encima de las nubes, sin más palabras que las justas, para ponerle la ideal banda sonora a su incunable obra de arte, una obra que tal vez prematuramente finaliza cinco años más tarde de haberse iniciado y que entre el “I have a Dream/ MLK” y “Es un somni fet realitat” vivió su esplendor pero los reflejos más allá de la sombra y la penumbra nunca, jamás desaparecerán. El resto todos lo saben o fácilmente pueden saberlo.

Frank nunca más te des la vuelta, quédate así de espaldas, como estás, mientras caminas despacio hacia adelante no sabemos muy bien donde pero allí al fondo se ve luz. Tal vez estoy desvariando.

El gran honor ha sido nuestro.

Hartelijk dank! en Het beste!, Frankie.


El Puerto de Santa María, a 29 de Mayo de 2008.

1 comentario:

Maga dijo...

No sé muy bien de quién hablas, pero creo saber de qué hablas y me gusta como lo haces, con esa intención casi visceral que refleja la pasiòn que provocan sólo algunas cosas...
Besos.