sábado, 28 de febrero de 2009





El himno de Andalucía tiene su origen en el 'Santo Dios', un canto religioso que entonaban los campesinos de diversos puntos de la región durante las faenas de la siega. Pese a que tanto la letra como la música fueron anotadas por Blas Infante, su origen es netamente popular. El compositor José del Castillo Díaz adaptó y armonizó la melodía.

La bandera blanca y verde
vuelve, tras siglos de guerra,
a decir paz y esperanza,
bajo el sol de nuestra tierra.

¡Andaluces, levantaos!
¡Pedid tierra y libertad!
¡Sea por Andalucía libre,
España y la Humanidad!

Los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos
hombres de luz, que a los hombres,
alma de hombres les dimos.

¡Andaluces, levantaos!
¡Pedid tierra y libertad!
¡Sea por Andalucía libre,
España y la Humanidad!




sábado, 7 de febrero de 2009

Un paseo para recordar

Una ostra nos da una preciosa perla, más preciosa por la perla que por la ostra, sin embargo la ostra nunca llegamos a conocerla, junto a la perla siempre un conjunto de lenguas diferentes que no tienen mayores problemas en entenderse y que inconscientemente van cediendo con profundo placer protagonismo a las sonrisas que les envuelven, sonrisas que iluminan mis ojos ardientes más allá de lo explicable, entonces las manos se entremezclan y se guían sin tocarse, y unas compras parten los caminos, evitan el final feliz, see you guys later, ropa de sport contra traje y corbata, pero corbata no hay con lo que hay que ir a buscarla, cuesta arriba continua el diálogo con una botella de champán, buenas intenciones aporrean de lejos mis puertas y me mantienen en la duda de ser o no ser, esa es la cuestión, entonces un apretón de manos sella la excursión, pero todo buen fruto de locura y esclavo de su sagacidad, apura la estrategia hasta que más no puede, profesora con su hija, mensaje de avistamiento, confirmación de amistad, requerimiento de coordenadas, pero tras intentar fallidamente descargar de peso del cuerpo, uno acude a los últimos desesperados intentos de recuperación, pero el tiempo y el cansancio apremian, la lluvia realiza su aparición estelar y las llamadas furtivas me despojan de mi oportunidad, la última tal vez mientras bajo el agua y la presión todavía en carrera, el Sport me resta un euro y un par de minutos y la carrera desde la avenida del ejército hasta el Citroën AX es extenuante y triste, sin aliento y sin palabras veo como se desvanece cualquier esperanza cuando la estación está a unos segundos pero entonces, un giro de volante me desconcierta, en efecto no todo está perdido, veinte minutos de ideas y artimañas para intentar asaltar la fortaleza de mi cobardía no son suficientes, y tras las puerta del segundo b sentado en el sofá la amarga aceptación de que otra vez será, lost and insecure you found me y mi madre sube con las bolsas de la compra y la noticia de que mi padre se va, una estufa encendida toda la noche, una nueva esperanza que tras un café y un bocadillo de cavilaciones acabaría en el mismo contenedor de siempre por la misma razón de siempre, ya no quedaba más que contemplar con desesperación, decepcionado y triste un móvil casi sin batería y sin señales de que la movilidad se sumara en nombre a la telefonía, para acabar finalmente reconociendo la estupidez disfrazada con un par de excusas ininteligibles delante de una máquina expendedora de coffee and candies con la sencillez y la naturalidad de quien dice las cosas de verdad.

Una vida

Una vida de hiel almibarada de a ratos se nos pone por delante cada vez que la miramos, los ojos apuntan al suelo o al cielo con la misma extraña sencillez pasando irremisiblemente por la palma de la mano, una mano que se mira y no se ve, que se ve y no se reconoce, que se reconoce y no se quiere, y que si se quiere no se admite. Vergüenza. De todo aquello que anhelamos con la desesperación de la gallina, garras contra la tierra, con la miseria del reconocimiento de mediocridad, con el alma enjugada de lágrimas sinceras, de risas de otro, vaga complacencia del que se sabe por debajo y se agacha con abnegación, feroz humildad del que se ofrece a la sanguijuela, desprendimiento de roja vida brotando desde el manantial de la certidumbre hasta la infinitud de lo que está del otro lado.

Porque todo lo que sube tiene necesariamente que bajar, por qué esta noria me quiere tanto, no hay necesidad, uno nunca sabe que se va a encontrar del otro lado de la puerta, por qué quiero tanto lo que no tengo, atrás y adelante, miedos y esperanzas, frustraciones y lamentos, orgullos reprochados de escasez, sonrisa plácida y diligente que oculta y engaña más allá de las propias fronteras, por qué esconderse, tantas veces los mismos signos de interrogación, las mismas tildes, donde encontramos las sensaciones de lo prohibido donde el sendero tortuoso es el camino llano, no se puede escoger de a dos, hoy tienes y mañana no, la felicidad como momento bipolar, me-quiere-no-me-quiere, la margarita recupera sus hojas, todo de puntillas, me dices lo que quieres y mi piel te contesta, pero la insignificancia de mi presencia me tortura de arriba abajo, a cada uno de los niveles, me varea, me sacude y barre todo lo poco que de mi queda, y sin embargo el suplicio no ha hecho más que empezar, uno sigue los caminos que les son propuestos acompaña a su verdugo hasta el final del trayecto y besa sus pies cuando no su cara, pura cuestión de estatura y estilo que no libra de la metamorfosis, pero el puppy no acaba en la puerta de casa mientras quede alguien a quien seguirle las pisadas, un traje a medida para pasear los sentimientos más profundos a ras de suelo, junto a los tobillos, para preguntarse finalmente por qué a pesar de tantas idas y venidas, de tantos años, alegrías y sofocos acabamos siempre en el mismo sitio y a la misma hora, por qué ciega con tanta facilidad el resplandor detrás del astro, por qué todo fuego antes de ser el temido devastador tiene que ser la chispa en mitad de la nada, por qué todo es sencillamente tan complicado, quise decir, siento luego existo.