miércoles, 27 de febrero de 2008

Sonrisa Especial

Momentos hay donde el corazón bombea con un cadencioso aire veraniego, un poco desequilibrado, en un alocado vaivén que parece que nos gusta a pesar de todo.

Cosas que antes parecían insignificantes si es que si quiera reparamos en ellas, son ahora ejes fundamentales de nuestra vida, todo parece que se vuelve más importante, hacemos cosas que nunca sospechamos que haríamos y nos creemos que nos gustan cosas que en realidad nos interesan apenas más que nada, en un sutil engaño con aroma a piel de mujer, o a plástico nuevo.

No sabemos controlarnos muy bien, sabemos vagamente de que se trata por lo que otros nos contaron o en otros vimos pero ahora el otro se llama yo y toda memoria desaparece con la misma insultante facilidad con la que sus fibras de queratina se sostienen perfectas en multitud de espirales sin más órden que el de la belleza más casual y azarosa. Por debajo, dos intensos pedacitos de ella misma, tan leve, tan real que desde el mismo instante en que pasaron a cruzarse con los míos fueron siempre para mi un faro con dos luces, dos direcciones, dos caminos mas sólo tengo un lugar al que llegar.

Un conjunto de pequeños miembros completan el precioso cristal, frágil pero no tanto, tímido pero menos de lo que ella misma cree. Pequeños frascos para grandes esencias, menudas piedras preciosas revestidas con jeans y jerseys, tonos oscuros para que destaque más cuando todo lo adorne con su dulce voz y su permanente sonrisa, la sonrisa más sincera y bonita que jamás sentí.

A partir de ese buen día en que por ventura coincidí con esa lenta descarga de ilusión y alegría de niño que inconsciente espera ansioso los regalos el días de Reyes no puedo sino que verla en todas partes, aún cuando cierro los ojos, cuando más que nunca la siento cerca de mi y más genial y preciosa que nunca. Un rayo de luz siempre destaca más en las tinieblas.
Entonces traté de buscar alguna imágen que me la recordara y comprendí tras un buen rato de búsqueda que lo que yo veo no se capta con los ojos, no se puede plasmar por escrito (aunque ahora iluso lo intente), no se puede dibujar y por supuesto una cámara no es capaz de capturarlo, por eso ni tan siquiera imágenes suyas sirven para hacérmela recordar, hay que ir más al terreno de lo irracional para ver al fondo una silueta, un pequeño esbozo de lo que yo veo, un recuerdo de lo que quedó indeleble en mi retina, sabia naturaleza.
Aún como somos no más que personas por más que nos carguemos de ornamentos artificiales y artificiosos, no pude sacarme de algunas bobadas que sin saber muy bien por qué (tal vez sé pero obviemos eso ahora, soy tímido y no quiero ruborizarme). Así que me dio por querer alcanzarla sin tender la mano o encontrarla sin previamente buscarla, quería sin yo saberlo aún convertirla en el camino, o en el fin, o en el camino del fin, o en el fin del camino, no se realmente y creo que me estoy liando, me estoy perdiendo en un metafísico y penumbroso bosque dialéctico cuando yo lo único que quiero decir es que seguía sus faros sin ver nada más alrededor y sin dejar que ella supiera que lo hacía (o eso creo), arrepintiéndome a cada paso de no haber dado otro, de ser tantas veces tibio, de por miedo o timidez o que se yo que absurda exsusa posponerlo todo siempre para un mañana infinito.

Cuando en realidad yo sólo quería decir que...
yo lo único que quería decir es...
solamente quería decir que te quiero y para entonces, ya tal vez no importaba.


LOVE THE GREAT
I saw how the sun, was fading out below the sky,
Oh what a sightThe darkness that was coming, and the stars that were sitting
In the night
The people that were walking, that were talking that were
Making up the streets
The love that was growing, that was found in everything thatI could, see, see here
Love, love the greatest thing that I know
Love, love the greatest thing that I know
Loves inside, now love can't hide, just get it out of you
Loves the ride, loves always right, so get it out of you
The trees bend down to greet me, whilst the birds were all
Just singing to be heard
The waves that were crashing on the seashore
Placing clean sand in return
The traffic that was moving, making music with their horns
As they passed
I'm hoping that the love in everything that makes our lives
Is here to last, last
Everything you want is love
That you need is love
That you want is love

"Love The Great", Melón Diesel


El Puerto de Santa María, a 27 de Febrero de 2008.

jueves, 14 de febrero de 2008

En un San Valentín cualquiera.


Hay días especiales, lo decía ya la semana pasada cuando hablaba de los aniversarios y hoy es, sin duda, uno de esos días con algo diferente.
No creo realmente en la relevancia de una fecha por encima de otra, más aún en cuestión de sentimientos, de actitudes, de marchas de a diario, pero si me quedo con estos momentos en los que parece que todos nos creemos y nos adentramos en la mentira, en el montaje, todos conspiramos para dar al menos unas horas, unos instantes de felicidad y compartir con la persona que hace que deambules sin rumbo ni tiempo que importen mientras todos los demás hacen lo mismo mientras te ven sin prestarte atención en una especie de terráqueo movimiento en dos tiempos, todos gravitamos mientras rotamos y nos trasladamos por acción de algo o alguien que desconocemos o ignoramos.

Una mera tradición, una conmemoración para disfrutar y convivir logrando que San Valentín se prolongue tendiendo al infinito, porque cada día sea San Valentín.
Quieran mucho, lo demás viene solo en una cadena de reacciones ilimitada.


El Puerto de Santa María, a 14 de Febrero de 2008.

viernes, 8 de febrero de 2008

Aniversarios


Hay días especiales por diversos motivos, casi siempre de carácter personal, días para recordar en los que lo principal que hacemos es recordar, la nostalgia habitualmente se sienta a comer con nosotros en la misma mesa ávida de momentos en los que aparecer, días en los cuales hay una felicidad contenida porque se entremezclan sentimientos en una amalgama de azúcar y de hiel, ilusión por el festejo, los regalos y las adulaciones que nos hacen sentirnos por unas horas en el centro del universo y la inevitable afluencia de lo que ya no está, nos da por querer lo que ya no puede ser o lo que aún no se dará, acto normal del inconformismo que nos suele seguir a todos a lados y que provoca lo mismo buenas y malas de nuestras cosas.
Los cumpleaños son un ejemplo de aniversarios, efeméride que nos recuerda el día en que nacimos y nos facilita calcular cuan viejos somos, unos esperan ansiosos esta fecha y cumplirían de a dos o de a tres si pudieran y otros se esconden temerosos siquiera de soplar las velas.
Hablo de todo esto porque hoy es mi cumpleaños y me pareció comentar un poquito algunas de estas cosas, escribiría mucho más sobre costumbres, tradiciones, fobias e ilusiones de estos festejos pero la verdad creo que lo dejaré para otro día, ahora tengo otras cosas mejores que hacer, están ya encendiendo las velas... cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos... cumpleaños feliz!!!
PD: Una de las costumbres de los cumpleaños como ya dije es la de hacer regalos a la persona que los cumple, pues bien, a mí me han regalado un reloj y de pronto se me vino a la cabeza el “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj” de Julio Cortázar. Así que voy a terminar con él, como siempre puro ingenio.





PREÁMBULO A LAS INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA AL RELOJ





Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.




Julio Cortázar




El Puerto de Santa María, a 7 de Febrero de 2008.