viernes, 16 de mayo de 2008

De aquí y de allá

Lo sé, pero entiende que es difícil volver al lugar del que viniste cuando entiendes que vas expresamente a hablar, cuando acudes con la leve aquiescencia de ser arrojado al confesionario, no con mala intención, no sin mala intención, no con intención de hecho. Sabiendo que no hay nada nuevo que aportar, que desde la última vez que hablamos no cambió nada, nada al menos que pueda explicar, así con palabras al vuelo, en un momento. Que entre gol y gol, apenas un libro de aquel argentino que habla raro, una película, algún trozo de sueños diferentes, un paseo como de locos, buscando algo que no está, un mensaje que no llega, una palabra, una sonrisa en la cara de la persona que no es la persona que tu esperas, un límite de velocidad, tres puntos menos, powerpoints tratando de ayudar en algo, otro capítulo de Lost, yo delante del ordenador entre delicuescentes imágenes de algo que va y viene hasta que se disuelve por completo en acordes de alguna dulce balada o solos de guitarra de Brian May, naranja y limón, agridulce sinfonía tras de nuestros ojos . Al fondo, allá en la pared, la sombra amenazante de la nueva labor que aguarda pacientemente, consciente de que arrivará un día u otro y de que traerá tanto de dicha como de desdicha, así como el que crea su castillo de arena para luego de observar orgulloso su obra, derribarlo con desprecio, con saña, esbozando una malévola sonrisa de creador, sabedor de su poder de quitar lo que en otro momento dio. Pero no importa porque vivimos, under pressure. En mi mano izquierda fluye la sangre entre mis dedos, mientras sostengo un ticket de metro parisino en la otra. Café caliente, ardiente. Y es que no puedo estar muy seguro de nada, ...
Pero creo que todo está igual por aquí, ¿o no?.



El Puerto de Santa María, a 16 de Mayo de 2008.

3 comentarios:

Maga dijo...

"no con mala intención, no sin mala intención, no con intención de hecho"
Esa frase me hizo recordar la vez que me preguntaron, a raíz de una confesión, por qué me había enamorado; y lo primero que pensé fue si es que ¿necesariamente deben haber razones para estarlo? o, como en este caso, intenciones para actuar...
Dudas, dudas, dudas

Antonio M. dijo...

Desde luego, estoy de acuerdo contigo como puedes imaginar. Sin duda nos acompaña siempre nuestra hermana duda. Normalmente no se necesitan motivos, ni razones, ni intenciones para sentir o actuar de un modo u otro, esos motivos, esas intenciones seguramente están, nos tienen a nosotros pero muy frecuentemente nosotros no los tenemos a ellos. Y que más da, no me preocupa, no me interesa demasiado, porque lo más normal es que los uses para justificar o explicar algo, y las explicaciones no son lo mío, no por ahora al menos.

Un saludo Maga.

El lanzador de botellas dijo...

Recuerdo que supe que me había enamorado porque no sabía exáctamente por qué. Le dije:

"Me encantas, y lo mejor es que no sé por qué"