jueves, 14 de febrero de 2008

En un San Valentín cualquiera.


Hay días especiales, lo decía ya la semana pasada cuando hablaba de los aniversarios y hoy es, sin duda, uno de esos días con algo diferente.
No creo realmente en la relevancia de una fecha por encima de otra, más aún en cuestión de sentimientos, de actitudes, de marchas de a diario, pero si me quedo con estos momentos en los que parece que todos nos creemos y nos adentramos en la mentira, en el montaje, todos conspiramos para dar al menos unas horas, unos instantes de felicidad y compartir con la persona que hace que deambules sin rumbo ni tiempo que importen mientras todos los demás hacen lo mismo mientras te ven sin prestarte atención en una especie de terráqueo movimiento en dos tiempos, todos gravitamos mientras rotamos y nos trasladamos por acción de algo o alguien que desconocemos o ignoramos.

Una mera tradición, una conmemoración para disfrutar y convivir logrando que San Valentín se prolongue tendiendo al infinito, porque cada día sea San Valentín.
Quieran mucho, lo demás viene solo en una cadena de reacciones ilimitada.


El Puerto de Santa María, a 14 de Febrero de 2008.

No hay comentarios: